JOSÉ CARNERO
«¿Me das un besito, mamá?». «A nosotros nos costó una semana acostumbrarnos a las mascarillas; a Guzmán, ni un segundo. Cuánto nos queda por aprender de ti», escribió el padre del peque.
Un día recibieron la noticia de que su hijo tenía cáncer, como guzmán, o autismo, como Erik, o síndrome de down, como anna. Pero, lejos de rendirse, decidieron luchar y plasmar sus esperanzas en un blog. Con el tiempo, sus experiencias han aglutinado tantos seguidores que se han convertido en auténticas brújulas vitales de la red y en la mejor medicina para otros padres que atraviesan la misma situación.
El sábado 13 de noviembre de 2010, José Carnero escribió: \\\"Mi hijo Guzmán tiene tres años y una leucemia linfobástica aguda... Solo les ocurre a tres niños de cada 100.000 y más del 80 por ciento sale adelante. Quiero que este blog sea un motor de ilusión, esperanza y fe para que todos los que lo rodeamos visualicemos el final de este camino en positivo. Hay una energía que movemos entre todos. Solamente hay que creer en ella.» Aquella noche fue la primera vez que el padre de Guzmán escribió en su bitácora. En aquella entrada, José contaba sus primeras angustias, y en respuesta obtuvo 21 comentarios de lectores que le transmitían esperanza. Unos le decían: «Guzmán va a salir adelante»; otros le prometían oraciones. Dos días después, Guzmán comenzaba la quimioterapia y su padre también daba cuenta del proceso. Un día, Guzmán llora amargamente por un pinchazo, pero su padre le regala un churro y la pena se disipa, así que escribe: «Quizá los oncólogos pediátricos deberían plantearse recetar un churro con cada quimio...». El 23 de diciembre José anuncia que el tratamiento ha sido efectivo, que la leucemia está en remisión. En el blog, un aluvión de felicitaciones: «Este Guzmán es mejor que Chuck Norris», le dicen. El 31 de diciembre, José le da gracias a la vida: «Cierro 2010 sintiéndome agradecido, sé que suena raro, pero siento que este año nos ha traído muchas cosas buenas, como estar incluso más unidos que antes y el darle valor a palabras... como ´vida`.
El tono del padre siempre es optimista, pero en los cuatro meses que Guzmán lleva luchando no todos los días han sido buenos. El 23 de marzo, tras pasar por la UCI, punción lumbar, doble sedación y quimioterapia, leemos una entrada donde queda patente que el niño está exhausto; los padres, también. «Guzmán está flojito, flojito», cuenta José. Otro día, la enfermera se equivoca y, en vez de limpiar la vía con suero, lo hace con Ventolín y el niño casi se desmaya, pero el padre lo interpreta una vez más en clave de aprendizaje: «Porque Guzmán en su vida va a superar lo que no superen cien mil. Aquí estamos, esperando lo que la vida quiera traernos, con los brazos abiertos, con un ejército cargado de amor y sin rencor, porque ante un suceso como este no siento rabia o resentimiento, solo amor».
Fuente: http://xlsemanal.finanzas.com/web/articulo.php?id=68279&id_edicion=6267&salto_pagina=0
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