Todo niño lo experimenta en algún momento, incluso los adultos sienten lo mismo ocasionalmente.
No es raro experimentar total soledad en una habitación llena de gente, pero para los niños la necesidad de ser parte de un grupo es instintiva y es una forma de supervivencia. "Ellos quieren ser parte de eso y ser como todos los demás porque esto les da seguridad. Así que cuando un niño dice que no encaja, está también diciendo "no me siento seguro". Su ansiedad proviene de sentirse diferente y por tanto vulnerable; por desgracia, los otros niños tienden a enfocarse en los que lucen diferentes y ser muy crueles con ellos", dice el doctor James Lehman, creador de un programa de transformación total para ayudar a los padres a que logren que sus hijos se sientan seguros.
"Es doloroso que el hijo esté siendo molestado por ser diferente, pero la verdad es que no hay nada que puedan los padres decir o hacer para quitarles ese dolor, no pueden esperar una respuesta mágica. En lugar de ello, habrá que trabajar con los hijos para darles las herramientas necesarias para resolver el problema que están enfrentando", dice Lehman y propone siete herramientas de ayuda que son:
1 No reaccione en exceso cuando su hijo le cuente
Cuando esto sucede los padres se sienten incapaces de hacer algo para evitarlo y eso les causa temor y rabia. Hacemos todo lo que podemos para protegernos a nosotros mismos en la vida, pero cuando nuestros hijos son maltratados en la escuela nos sentimos tan vulnerables como ellos. Ese sentimiento de incapacidad es devastador y muchos padres pierden la objetividad cuando sus hijos les cuentan que están siendo excluidos, molestados o abusados. La mejor técnica es tomar cinco minutos para primero calmarse, hablar de ello con otras personas si se puede, analizar bien las cosas y no reaccionar en frente del niño.
2 Ayude a que su hijo hable de ello y dele apoyo
Cuando los niño intentan hablar de esto con sus padres, ellos inconscientemente se vuelven menos cálidos o receptivos o pueden dar otras señales que demuestran esa incomodidad, incluso tratan de minimizar el problema. El peligro radica en que el niño recibe este mensaje: "No quieren hablar de ello". Los padres deben intentar estar abiertos a escuchar lo que los niños tienen que decirles y mantener la calma cuando den su respuesta. No deben demostrar que es algo sin importancia porque para el niño lo es y, además, todos los niños pasan por esta clase de situaciones a pesar de que no todos reaccionan de la misma manera. Si el niño dice algo es porque necesita ayuda y por tanto los padres deben mostrarse cómodos y aceptar lo que el hijo pide. Deben darle al hijo las herramientas que necesita para desarrollar habilidades sociales y poder entender estas situaciones. Tienen que hacerle sentir que ellos están siempre allí para escucharle y ayudarle con sus preocupaciones y sus problemas. No deben sentir pánico de que el niño no encaja en un grupo porque eso hará que piense que así es.
3 Tratar de encontrar un amigo para ellos
Es más fácil iniciar una relación con una persona que tratar de encajar en un grupo. Cuando los padres hablan con sus hijos deben sugerirles buscar un compañero que les sea más afín e ir desarrollando una amistad con esa persona. Preguntas como "¿hay algún niño con quien te gusta conversar o jugar?", pueden ser de gran ayuda para que el niño tenga un amigo especial, un aliado que le ayude en momentos difíciles. Conviene buscar actividades extracurriculares para que puedan conocer otros niños y desarrollen amistades basadas en actividades y gustos que comparten.
4 El poder de hablarse de forma positiva
No quiere decir que se le diga al niño que es el mejor del mundo y se le pida que se repita a sí mismo esa frase todo el tiempo. El poder de hablarnos a nosotros mismos de forma positiva es el razonamiento que nos ayuda a calmarnos y mantener la perspectiva. Los niños se ponen ansiosos cuando se sienten puestos de lado o les molestan. Su adrenalina sube y no logran pensar de manera clara y sienten pánico. Si ellos aprenden a hablarse a sí mismos, a tranquilizarse y ser positivos, se sentirán mejor y más tranquilos y lo que les digan o hagan no les causará un trastorno. Si se logra calmar al sistema físico interno, los pensamientos y actitudes se clarifican y mejoran.
5 Dígale que siempre es bueno pedir ayuda
Cuando un niño viene a casa y cuenta que sus compañeros se burlaron de él en la escuela, los padres deben enseñarles a pedir ayuda a los maestros. Enseñar a lo hijos a acercarse al maestro para contarle lo que está sucediendo es muy importante. Los maestros saben muy bien cuando un niño está diciendo la verdad y cuándo necesita ayuda. Los padres deben reafirmar en el hijo la confianza hacia las personas mayores que pueden ayudarles en situaciones difíciles y deben siempre hacerle saber que no hay nada de malo en pedir ayuda cuando la necesitan.
Informacion obtenida http://www.revistafamilia.ec/index.php/articulos-padres-e-hijos/2009 STEFANIA ERAZO - ESTUDIANTE DE PSICOLOGIA CLINICA © CoSqUiLLiTaS eN La PaNzA
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