En la primera jornada del Encuentro Internacional de Educación, que comenzó ayer en EAFIT, Richard Gerver, uno de los maestros más reconocidos del mundo, planteó reflexiones sobre la enseñanza.
Hoy continúan las presentaciones de Tião Rocha y Luis Roberto Amador, dos conocedores del tema, que tratarán de responder a la pregunta por cómo debe ser la educación del siglo XXI.
El sistema educativo más dinámico del mundo es el de Finlandia, un país en el que el control de la educación no es de los políticos, es de los maestros.
Este fue uno de los datos con los que Richard Gerver, exasesor en política educativa en el Gobierno de Tony Blair (Inglaterra) y ganador del School Head Teacher of the Year en 2005, abrió la séptima edición del Encuentro Internacional de Educación, que hace parte de un proceso que involucra a diversos países y gira en torno a la cuestión por las formas de enseñar, sus necesidades actuales, y su vinculación con la tecnología y la innovación.
El evento, que se desarrolla desde ayer martes 25 de septiembre en EAFIT, continuará hoy miércoles 26, desde las 8:00 a.m., con temas como la forma de evaluación, los retos en medio de los conflictos sociales latinoamericanos, la diversión en las aulas, la prudencia del castigo, la enseñanza de la innovación y la creatividad, entre otras reflexiones.
Son alrededor de 600 las personas que asisten, hasta las 2:00 p.m., a este encuentro, que organiza la Fundación Telefónica y que recorre las principales ciudades de Iberoamérica.
“Un paso fundamental, entonces, es subir la calidad de los docentes con la formación de maestros innovadores, que investigan su entorno, resuelvan problemas y crean estrategias para satisfacer y permitir el desarrollo libre de sus estudiantes”, explicó el profesor Gerver, que de esta forma continuó con el ejemplo finlandés.
Es claro que no se refiere a docentes de alumnos tradicionales, que, como se anotó en la conferencia, se llenan de información tras sus pupitres. El aprendizaje mutuo y la curiosidad son fundamentales en este nuevo modelo, pero también la educación “emocional”.
Gerver insistió en que no solo se trata de seres que deben adquirir conocimiento. Son, sobre todo, personas que deben aprender a vivir, a relacionarse con otros seres humanos, a respetar la diferencia, a comprender su poder en el mundo y la capacidad que tienen para cambiar su propio futuro.
El modelo educativo es el mismo desde hace dos siglos. El mismo que fue creado para servir a la revolución industrial y generó el tipo de hombre que permitió desarrollarla: trabajadores eficientes para la producción.
Hoy las condiciones han cambiado, por eso es hora de transformar también estas metodologías por unas que vayan más allá de la industria y permitan la creatividad y la innovación. “Necesitamos dejar de crear cosas ya hechas, necesitamos creatividad, niños que, en vez de ser capaces de hallar un trabajo, sean capaces de inventarlo”, agregó.
Las TIC en la búsqueda del modelo
En Colombia es posible que un profesor tenga una clase hasta de 40 alumnos. En este contexto las posibilidades de empatía y conocimiento mutuo son muy limitadas, así como las opciones de un aprendizaje personalizado. Pero hoy, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, conocidas como TIC, la educación puede ser mucho más individual.
Sin embargo no hay porque olvidar que se trata de tan solo una herramienta, tan útil como el lápiz o el pizarrón. El impacto real en el niño se logra mediante empatía, sentimientos y ejemplo, tal como lo indicó Luis Roberto Amador, neurocientífico de la Universidad Nacional de Colombia.
“El aprendizaje se hace por imitación: un buen profesor que, tenga empatía, va a hacer que ellos también la tengan. Con la ternura y el sentimiento con el que nos dirigimos a ellos al hablar empezamos a construir sus valores. La estética, la ética y la moral no son metafísicos, son biológicos y uno se los pasa con puro ejemplo e imitación”, comentó.
Para Tião Rocha, un conocido educador que es célebre por sus aportes a la metodología de la diversión, el maestro sigue siendo una figura fundamental en la formación educativa. Si bien dentro de sus premisas no es necesaria una escuela para enseñar, los profesores siguen siendo la columna vertebral del proceso.
“¿Cómo se puede aprender? con buenas preguntas, provocando retos y desafíos. Preguntamos si un niño puede aprender jugando, cómo sacar a los niños del analfabetismo, cómo involucrar a la comunidad para crear políticas públicas no gubernamentales”, dijo Rocha con base en su experiencia como Fundador del Centro Popular de Cultura y Desenvolvimiento en Belo Horizonte (Brasil).
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Natalia Chaves Cantor
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